martes, 17 de septiembre de 2013

¿Dónde está tu mente? 2

¿Quién soy, hacia dónde voy, qué hago aquí?

La meditación de las tres preguntas



En la tarea que nos llevamos el lunes en un punto decía: 
En la mañana, antes de levantarte, intenta hacer algunas respiraciones abdominales que puedes acompañar con estas tres preguntas: “quién soy”, “qué hago aquí” y “hacia dónde voy”

Generalmente, ante una pregunta tendemos a buscar respuestas. Acostumbrados a las seguridades que nuestro ego requiere, una pregunta siempre nos sugiere una respuesta y en ésa búsqueda de respuestas puede que al encontrarlas, sintamos angustia, abandono, frustración y por lo tanto estemos sin querer ni darnos cuenta, impulsados a no
seguir preguntándonos, lo que significa abandonar la práctica. 

Pero ocurre que esta vez nos preguntamos para quedarnos en la pregunta. La gran revelación de este tipo de preguntas no está en la respuesta que obtengamos sino, en la posibilidad de estar en el ámbito de la pregunta. De poder permanecer allí, y mediante la atención plena, captar nuestra mente de principiante. 

¿Comprendes? Quedarnos en el ámbito de la pregunta. Estar en la energía del que pregunta, del que no sabe...y ante la pregunta ser siempre como un principiante: mirando por primera vez, conociendo por primera vez, practicando por primera vez. ¡Cuánta alegría y asombro hay en las cosas que emprendemos por primera vez! ¡Cuánta sana curiosidad ponemos en las cosas nuevas que abordamos! 

De eso se trata pues "la mente de principiante": ¿podemos quedarnos investigando sobre nosotros mismos sin abordar en respuestas? ¿podemos quedarnos en el ámbito de la pregunta como quien se queda con el perfume de la flor?

La seguridad que nuestro ego nos exige obtener no es una seguridad, es una ilusión porque desde su lógica jamás sabremos quienes somos, qué hacemos aquí y hacia dónde vamos, porque la lógica de nuestro ego es la de hacernos funcionar con el piloto automático, es decir de la forma menos consciente posible.

Ahora, la lógica de la meditación y del autoconocimiento, es la lógica de mantenernos en el ámbito de la pregunta, del que quiere saber. Hacernos estas preguntas requiere mucha delicadeza y también mucha firmeza por lo que es una especie de arte. Preguntarnos y mantenernos en la energía de la pregunta, del que pregunta, del que no sabe. Una y otra vez dejar el hábito de controlarlo todo, ejercicio que quizás estemos iniciando con este preguntarnos en silencio, al despertarnos cada mañana, al contemplar un paisaje, en los momentos de distensión y a la noche cuando vamos a dormir y cerramos los ojos.

Este preguntarnos es de la naturaleza de la humildad, (a diferencia de nuestro ego que cree saberlo todo y poder alcanzarlo todo empujándonos a una constante lucha con la realidad), esta sencilla práctica nos enseña acerca de la humildad. Vamos a la práctica de las tres preguntas como preguntándonos “¿dónde esta mi mente”? Así permaneceremos en silencio y quietud sin violencia, sin hostilidad y sin apego porque no perseguimos una respuesta sino que, estamos iluminando nuestra capacidad de conocer.


Meditar es descubrir que nuestro Ser está aquí y ahora,
que eso que buscamos somos nosotros mismos.
Y que para acceder a esa “dimensión” real de la existencia
no tenemos más que reaprender a estar 
en la quietud y el silencio.
Quien está quieto, espera. Tiene esperanza.
Quien está en silencio, confía. Es humilde.
De eso se trata la meditación de las tres preguntas.